¿DERECHO A CONSUMIR? ¿DERECHO A PRODUCIR?

Frutas fuera de temporada

Escapadas lejanas de fin de semana
Un zapatero enorme para vestir todas las estaciones
Oficinas bancarias que cierran en pro de cuentas online 24 H

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Nuestro planeta es una despensa que alimenta un mercado 24/7/365, especialmente con el desarrollo del comercio online, que ha provocado que países como China usaran el argumento histórico para producir como compensación a su retraso y otros países de los llamados -quizá ya no tanto- en vías de desarrollo esgriman que el (neo)colonialismo los esquilma sin contribución alguna para justificar o servir en todo caso al ritmo de una "economía intensiva" low cost en precio, pero de alto coste humano y en huella de carbono.

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Ahora que es una urgencia para la humanidad, más allá del conflicto ético y filosófico que plantea el consumismo, es tendencia destacar ciertos valores en la publicidad que no son tan fáciles de aplicar en la producción y que desde luego l@s consumidor@s, aunque conocieran su existencia y supieran o sepan apreciar ... muchas veces no están dispuest@s a pagar.
Así, como consumidora que intenta ser consciente, emprender es una tarea ardua y conlleva muchos conflictos existenciales que siempre se han solucionado de la misma manera: preferir no hacer antes de dañar, y por lo tanto, muchas veces palmar pasta o no aceptar hasta ofertas contrarias a estos valores por abogar por la Economía del Bien Común y el Movimiento KNOWCOSTERS todo lo posible. ¿Has oído hablar sobre ellas? Seguro que en multitud de marcas que consumes no, ¿y no te preguntas por qué?


MI OPCIÓN: ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN & KNOWCOSTERS

He acudido al FÓRUM DESARROLLO HUMANO Y FUTURO #RegresoalPresente por la Fundación General de la Universidad de La Laguna (Tenerife) y dentro del discurso sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sobre los cuales se centraron en el de las Generaciones Futuras yo aquí me extiendo sobre uno que probablemente fundamenta la continuidad de los demás: PRODUCCIÓN Y CONSUMO RESPONSABLES.

En línea con él, y con la orientación de este blog y mis proyectos, los significados y el compromiso que he adquirido con la EBC y Knowcosters puedes encontrarlos en estas entradas ¿Quieres construir una sociedad mejor astroturisteando? Apunta: EBC y Otro (astro)turismo es posible: fashion (& tourism) revolution del blog Luminisc(i)encia de ASTROTOURISTING, pero adelanto que no se trata de ninguna filosofía ni programa económico utópico sino, a mi entender, una propuesta muy realista y consecuencia de los resultados que el actual sistema ha traído consigo y que son responsabilidad de tod@s. E insisto en este punto: la llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE) o bien Responsabilidad Social Corporativa (RSC) no tiene el mismo grado de alcance y profundidad que la EBC. Es su superación, no es greenwashing o lavado [de cara] verde. Y espero que no se convierta en eso por muy difícil que resulte implementarla.

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A día de hoy no es la opción mayoritaria y ni mucho menos en agencias de viajes, sector el del turismo en el que es complicado abogar por esa línea a pesar de lo socorrido de los términos ecoturismo y turismo sostenible porque ya se han cruzado muchas líneas rojas que no es fácil revertir (lo sería con más voluntad pero no se ve rentable ...): litoral totalmente antropizado, souvenirs industriales en detrimento de la artesanía, gentrificación, mcdonalización también comercial, huella medioambiental, ... O no resulta accesible para tod@s porque se opta por el lujo, que quizá habría que repensarse si el lujo es el camino de sostenibilidad en una vuelta atrás por la exclusividad, la artesanía, la calidad, aunque implique en este caso viajar menos -pero estar más tiempo en el destino-, así como tener menos ropa pero hecha con menor impacto, en definitiva consumir menos pero mejor. En DIVULGACTIVE tratamos de sensibilizar hacia una forma de viajar sostenible y además con contenido aplicable a la vida diaria desde el conocimiento. Léelo aquí.


¿DERECHO A CONSUMIR?

Por lo tanto: ¿tenemos derecho a consumir sin consciencia, a nuestro capricho, por el mero hecho de tener la posibilidad de hacerlo? Y aún más, ¿tenemos derecho a producir inconscientemente, atendiendo sólo a la demanda, por la mera necesidad de hacerlo?

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En mi monitoreo de marketing, en mi activismo como consumidora (súmate a esta campaña EXIGE UNA MODA MÁS HUMANA, ECOLÓGICA Y ÉTICA) y en mi andadura emprendiendo en experiencias y productos esa dualidad de intereses se combinan y dificultan la toma de decisiones y, dicho sea de paso, el establecimiento de márgenes a unos precios competitivos, pero quizá, como suelo bromear, tras estudiar Sociología y Antropología lo que me faltó fue profundizar en Dinerología. He ahí la clave ...: si te impulsa el dinero o (también) un bien superior. Porque el dinero sirve para subsistir en nuestra sociedad, claro, y hacer viables los proyectos porque frente al decrecimiento la máxima es la escalabilidad ... Y no se puede demonizar a quien intenta subsistir, al tiempo que es comprensible que ante unos sueldos bajos se opte por unos productos baratos derivados de otros sueldos bajos y basados en el usar y tirar, la obsolescencia programada, que tanto se aleja de la economía circular que lleva implícita la Economía del Bien Común. Volver a la mentalidad de la durabilidad y disminuir esa ansiedad por la novedad, invertir y no gastar, no es lo que se refleja mayoritariamente en los reclamos publicitarios ni en la proliferación de las cadenas comerciales, OTAs y demás fórmulas que expresan la lógica imperante de obtener beneficios por volumen (lo sé bien aunque abogo, dada la situación, por intentar cambiar desde dentro) y extienden la homogeneización de gustos. ¿Sólo cabe cambiar por ley, no por consciencia? 

Es la llamada de atención a plantearse tanto por consumidor@s como por emprendedor@s empezando por acciones prácticas como analizar los precios -especialmente los bajos- y justificar el valor, que no es lo mismo, así como el tipo de publicidad (ver ¿Es posible un marketing cultural ético?) y ¡por supuesto! la manera de llevar a cabo el producto o el servicio. En teoría eso debería ser lo primero.

En el caso del ecoturismo no basta que se sitúe en la naturaleza, tampoco debe dañarla o lo menos posible durante la actividad. Y sobre todo que todo tiene un límite, como los destinos una capacidad máxima de carga. Te recomiendo consultar El Antropólogo Perplejo para reflexionar. ¿Acabaremos con cuotas para visitantes? ¿Asumiremos las empresas esa realidad? ¿El precio será el aliado para actuar de filtro? El lujo accesible ¿con regulación equitativa? Parecida situación con la ropa y en general. Rapidez y robotización en detrimento de puestos de empleo. La Economía Naranja como reducto de la creatividad humana. Choque de derechos en el que prevalecerá el que relativizando consideremos más necesario en un conflicto de valores con implicaciones prácticas cruciales: el menos es más aplicado al derecho a consumir ... responsablemente por el planeta y, por ende, nosotr@s.